Abuso de la tecnología en niños y adolescentes
Los tiempos han cambiado. Estamos viviendo una era en que la tecnología predomina en todos
los ámbitos, ofreciendo numerosas ventajas porque que nos facilita la comunicación, el
trabajo, el entretenimiento y la información.
Cuando hablamos de aparatos tecnológicos nos referimos fundamentalmente a videoconsolas,
ordenadores, tablets y móviles. Actualmente, todos ellos nos han facilitado la vida para
teletrabajar, realizar clases online, comunicarnos con nuestros familiares y amigos/as y nos
han entretenido cuando no sabíamos qué más hacer en casa. Pero hay que tener en cuenta
que cualquier actividad que provoca satisfacción en la vida diaria, puede convertirse en una
conducta adictiva si se pierde el control sobre su uso. Se puede pasar, de forma progresiva, del
uso al abuso y a la dependencia.
Los niños de hoy en día prácticamente nacen con un objeto tecnológico en sus manos. Desde
pequeños adquieren esa familiaridad con objetos como las tablets o los smartphones y se
acostumbran desde temprana edad a utilizarlos diariamente. Muchas veces son los mismos
adultos quienes promueven el uso de esta tecnología en sus hijos debido a que logra
"calmarlos" y así se mantienen ocupados un tiempo. Pero ¿sabemos cuál es el impacto real
que produce la utilización de estos elementos durante la infancia y adolescencia?
Numerosos estudios coinciden en que los bebés de 0 a 2 años no deben tener ningún contacto
con dispositivos portátiles. En los niños de 3 a 5 años, el uso de estos dispositivos debe estar
limitado a 1 hora al día como máximo, mientras que los de 6 a 18 años a 2 horas por día.
Exceder las horas recomendadas, puede traer consecuencias sumamente nocivas en su propio
desarrollo.
Las consecuencias del uso abusivo de la tecnología en niños y adolescentes pueden derivar en:
- Déficit de atención: Entre los menores de 2 años puede producirse, debido a que su
único foco de atención está en la pantalla.
- Problemas de aprendizaje al ser un gran distractor a la hora de estudiar.
- Incremento de rabietas, sobre todo en los más pequeños, producto de la
sobreestimulación y, en algunas ocasiones, a causa del contenido que ven.
- Sedentarismo: Pasar horas frente a un ordenador o sentado jugando con la
videoconsola, tablet o móvil unido a una mala alimentación y poco ejercicio, puede
provocar una obesidad infantil que podría traer otras enfermedades a temprana edad.
- Adicción: La utilización de estos equipos, les introducen en un círculo de recompensa a
través de la producción de la dopamina, conocida como la hormona de la felicidad. El
problema es que a edad temprana esa fascinación se puede transformar en adicción y
ansiedad, desembocando, incluso, en depresión.
- Disminución de habilidades para interactuar: Limita su capacidad de establecer nuevas
relaciones e interacciones con otros niños, por lo que su interacción física también se
verá reducida.
- Trastornos del sueño: La glándula pineal, que produce la melatonina, hormona que
regula los ciclos de sueño-vigilia en la noche y en la oscuridad, es muy sensible a las
variaciones de luz, y la emitida por esos equipos electrónicos hace que se reduzca o se
paralice la emisión de esta hormona, fundamental más aún cabe en las primeras
etapas de desarrollo.
¿Cómo evitar que nuestros hijos abusen de la tecnología?
Es la pregunta del millón, y no existe una metodología exacta que impida su abuso hoy en día
por su facilidad de acceso, pero si una serie de pautas que pueden ayudar a un correcto uso de la misma:
- No utilizar la tecnología como un pacificador emocional. Se les debe enseñar a los
niños a cómo identificar y controlar esas emociones. Enseñarles técnicas para calmarse
usando técnicas de respiración, conversar con ellos o proponerles actividades
empíricas donde puedan desarrollar esa necesidad.
- Promover las actividades al aire libre. Es importante que los niños aprendan a disfrutar
de actividades recreativas que los saquen de su obsesión por los aparatos
tecnológicos.
- Fijar límites y animarlos a tomar tiempo de recreo. El juego no estructurado y fuera del
mundo digital estimula la creatividad. El tiempo libre de dispositivos digitales debe ser
una prioridad diaria, especialmente para los niños más pequeños.
- No utilizar ningún tipo de pantalla en niños menores de dos años.
- No utilizar ordenadores ni teléfonos en la hora anterior a dormir. El uso de estos
durante la noche es altamente nocivo y sólo les impide un descanso tranquilo.
- Ser un buen ejemplo. Puesto que los niños son grandes imitadores, es importante que
los padres limiten el uso de dispositivos delante de ellos. Así estarán más disponibles
para jugar juntos también.
- Hacer la transición poco a poco. Si el niño está comenzando una adicción necesitará
desconectarse progresivamente. Si se le elimina bruscamente, aumentará la ansiedad
en vez de mejorarla.
Nuestro nivel de vida actual dificulta el cumplimiento de todas esas recomendaciones, pero si
está en nuestra mano llevarlo a cabo de la manera más razonable y práctica, facilitando su
inserción gradual.
Finalmente, en caso de que el problema sea más grave y difícil de abordar, es importante que
los padres busquen ayuda psicológica para poder determinar las causas de esta adicción y
elaborar en conjunto una serie de pautas para evitar consecuencias mayores.