Autoestima
Para empezar, habría que diferenciar muy bien entre estos dos conceptos:
A u t o c o n c e p t o :
Es el propio sentido de identidad, es decir, lo que una persona piensa sobre sí mismo. A diferencia de "el ideal de sí mismo" que comprende aquello que quisiera ser. Está formado por las siguientes áreas: social, académica/laboral, familiar, corporal y global. Aunque Mc Kay y Fanning en 1999 definían las ocho siguientes: aspecto físico, relación con los demás, personalidad, como nos ven los demás, rendimiento en lo académico o lo laboral, ejecución de tareas cotidianas, funcionamiento mental y sexualidad.
A u t o e s t i m a :
Se forma a través de la relación existente entre la percepción o el autoconcepto y "el ideal". Es decir, es esa valoración intrínseca que le damos a nuestro autoconcepto. Son los juicios que hacemos acerca del valor propio y la competencia que nos asumimos en diferentes dominios.
El autoconcepto va más asociado a la perfección, y la autoestima más a la valoración.
Los objetivos que se pretenden conseguir en un buen tratamiento de la baja autoestima serían:
1. Que los pacientes aprendan a detectar sus pensamientos desadaptativos y modificar las autocriticas. Una vez adquirida cierta habilidad en la corrección de sus pensamientos autocríticos automáticos, pasaríamos a trabajar las creencias más profundas.
2. Se trata de fomentar la autoaceptación, y para ello se analizarán exhaustivamente sus propios puntos fuertes y puntos débiles. Así como también la realización de actividades agradables eximiendo de las que exclusivamente requieren de productividad o rendimientos específicos.
3. Algo de vital importancia es enseñar al paciente estrategias de afrontamiento de críticas; ya que es algo que afecta especialmente a las personas con baja autoestima y reforzaría su propia valía y confianza en uno mismo.
4. Por último, trabajaremos en mejorar la capacidad de afrontamiento ante
situaciones estresantes. El estrés afecta de manera muy negativa a las personas,
especialmente si presentan una baja autoestima, y si además no les ofrecemos
herramientas y recursos que favorezcan la sensación de control ante situaciones
estresantes puede conducirles a percibirse a sí mismos de manera más negativa
aun al sentirse menos valiosos.