it-Intervención logopédica en adultos

04.12.2021

AELFA define la logopedia como "la disciplina que engloba el estudio, prevención, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación humana, manifestados a través de patologías y alteraciones en la voz, el habla, el lenguaje (oral, escrito y gestual), la audición y las funciones orofaciales, tanto en población infantil como adulta".

En este post nos vamos a centrar principalmente en la intervención del logopeda con las personas adultas. Para ello, se va a explicar brevemente en qué casos puede trabajar el logopeda con esta población:

PATOLOGÍA

Afasia: Se presentan, generalmente, después de un accidente cerebrovascular y puede afectar a la capacidad de hablar, escribir y compresión del lenguaje, tanto verbal como escrito.

Disartria: Dificultad en la movilidad de la musculatura orofacial que influye en el habla y la deglución. Algunas enfermedades que provocan disartria son: Esclerosis Lateral Amiotrófica, Parkinson.

Alteraciones en la voz: Implica el aprendizaje de técnicas adecuadas, postural corporal y control de la respiración. Una de las principales enfermedades en las que se ve afectada la voz, es en la enfermedad de Parkinson.

Dificultades auditivas: Uso de prótesis auditivas o métodos alternativos de comunicación que complemente o sustituyan al lenguaje oral.

Envejecimiento normal: El principal objetivo es mantener al usuario activo tanto física como mentalmente, retrasando así la aparición de deterioro en los distintos aspectos.

En todos estos casos, las principales funciones que desempeña el logopeda durante la intervención son:

  • Rehabilitar funciones cognitivas deterioradas, especialmente del lenguaje
  • Dar apoyo a las personas mayores con dificultades lingüísticas asociadas con el proceso normal de envejecimiento.
  • Fortalecer, estimular y, dado el caso, rehabilitar procesos cognitivos básicos como la atención, la percepción, la memoria, la orientación y las funciones ejecutivas.
  • Fomentar la socialización, reforzando las habilidades sociales, la autonomía personal y la autoestima.
  • Mejorar la capacidad de comunicación y estimular el desarrollo del lenguaje oral.
  • Dar apoyo y asesoramiento a los profesionales, familiares y cuidadores para integrar pautas conductuales que alivien los síntomas del paciente y mejoren su autonomía funcional, autoestima y grado de socialización.

Desde el punto de vista logopédico, se recomienda intervención en aquellos casos que presentan un envejecimiento normal o un diagnostico cerrado de alguna enfermedad anteriormente citada, con el objetivo de mantener, paliar y/o compensar sus capacidades lingüísticas. 

Patricia Cano García
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